10 productos que existen gracias a las Guerras Mundiales


Las dos Guerras Mundiales devastaron los países implicados en ellas y están consideradas como los conflictos más sangrientos de la historia. Sin embargo todos estos períodos bélicos sirvieron de inspiración y acicate para que inventores y empresas visionarias sacaran a la luz una serie de productos y artículos que hoy nos parecerían tan comunes como si toda la vida hubieran existido. Aquí están 10 de los más famosos.

10. Fideos instantáneos


El nombre de Momofuko Ando no parece que sea familiar a nadie. Sin embargo, este taiwanés, nacido en 1910 y exiliado en Japón durante la ocupación de la isla durante la II Guerra Mundial, tuvo la idea de elaborar industrialmente y a un precio económico un producto rompedor: la sopa de fideos instantáneos. Su empresa, Nissin Productos Alimenticios, fue la que puso en las tiendas la llamada Chicken ramen a la que siguió años después la sopa Cup Noodle.


9. Patatas fritas de McDonalds


J.R. Simplot fue el encargado de proveer al ejército de los Estados Unidos un producto rompedor como las patatas y verduras liofilizadas. Al tener un período de consumo preferente más grande, sus vegetales congelados ayudaron a las tropas a sobrevivir en sus misiones en Europa. Tras el final de la II Guerra Mundial y terminar su contrato con los militares firmó un contrato con Ray Kroc para ser su proveedor de patatas fritas congeladas. Con el paso del tiempo, el emporio Simplot, que ha sido el causante de la asociación Idaho-patata, se convirtió en el proveedor de más de la mitad de las patatas fritas de McDonalds en todo el mundo.


8. Fertilizantes químicos
Tras el final de la II Guerra Mundial la maquinaria industrial que había sido utilizada para fabricar municiones en masa a través de la síntesis del nitrógeno se recondujo para producir fertilizantes químicos. Gracias a este producto, la agricultura comenzó a ser rentable y las cosechas comenzaron a crecer de modo exponencial en virtud de la relación entre los niveles de nitrógeno en las tierras y el rendimiento de los cultivos.

7. Tampones femeninos


La higiene femenina tiene un antes y un después a partir del desarrollo de una gasa ligera, altamente absorbente llamada Cellucotton. La empresa Kimberley-Clark la fabricó para ayudar en las curas de los soldados estadounidenses heridos en combate. Después de la I Guerra Mundial el stock sobrante de Cellucotton fue utilizado por las enfermeras de la Cruz Roja durante sus ciclos menstruales. Kimberley-Clark tuvo noticia de ello y a partir de ahí fabricó la primera compresa. Tampax se inspiró en la marca Kotex para empezar a producir en medio de la II Guerra Mundial lo que hoy conocemos como tampones.


6. Teflón


Los científicos aliados se empeñaron en perfeccionar el armamento militar un paso por delante del de los fascistas. El teflón fue accidentalmente descubierto en 1938 por Roy J. Plunkett a partir de una investigación para encontrar un material que resistiera a los componentes volátiles de las primeras bombas atómicas. Se desarrolló dentro del Proyecto Manhattan que lamentablemente acabó con la destrucción de Hiroshima y Nagasaki. Después de esto, el teflón tuvo un nuevo uso: como revestimiento antiadherente en ollas y sartenes, además de cómo un revestimiento resistente a las manchas de la ropa.


5. Sacarina

El substituto del azúcar fue descubierto por el químico Ira Remsen en 1879, aunque también se afirma que Constantin Fahlberg un año antes. Sin embargo, no fue hasta la I Guerra Mundial cuando comenzó a utilizarse como edulcorante. Y no lo era por cuestiones de pérdida de peso sino porque el azúcar empezó a estar racionada al no poder garantizarse su suministro. Lo mismo ocurrió durante la II Guerra Mundial, pero en 1957 Benjamin Eisenstadt, que había sido el inventor de los sobres de azúcar, y su hijo Marvin Eisenstadt, combinaron dextrosa y sacarina en un revolucionario producto llamado Sweet’n’Low. Esta sacarina granulada que venía empaquetada en sobrecitos de color rosa sobrevivió al regreso del azúcar a la dieta de los norteamericanos.

4. Horno microondas
Antes de su fabricación como electrodoméstico indispensable en cualquier cocina, el concepto de microondas no era más que un efecto secundario de los emisores de radar de la II Guerra Mundial. Percy Spencer, un ingeniero autodidacta que investigaba los magnetrones, se dio cuenta que el calor que éstos desprendían se podían utilizar en la cocina. Después de esto, los primeros hornos microondas se comenzaron a fabricar en 1955.

3. Cinta de tela

La cinta de tela empezó a utilizarse durante la II Guerra Mundial. Los soldados norteamericanos necesitaban un material flexible, resistente al agua que pudieran usar para reparar cualquier cosa. La compañía Johnson And Johnson fue la encargada de fabricar para las tropas unos rollos de cinta médica que tenía un lado autoadhesivo. Tras la guerra este producto únicamente militar comenzó a ser demandado por el resto de la población: había nacido la cinta de tela o cinta americana.

2. Jeringas desechables


Durante la Guerra Civil Americana y la I Guerra Mundial los soldados que eran heridos en combate sufrieron lo indecible recurriendo solamente a la morfina para calmar sus dolores. En la II Guerra Mundial las jeringas tradicionales de vidrio y metal fueron sustituidas por un nuevo producto llamado ‘syrette’, compacto y desechable. Entonces venían precargadas con una dosis única de morfina y fueron distribuidas entre los destacamentos médicos de los ejércitos. Fue el precedente de las actuales jeringas de material plástico. A partir de entonces ya casi nadie se acordaría de aquellas viejas jeringas que había que hervir para esterilizarlas.

1. Disney

Disney no nació como empresa de entretenimiento en la II Guerra Mundial. Sin embargo, por entonces el gobierno americano, ante una posible bancarrota de la empresa fundada por Walt Disney, le encargó la realización de una serie de películas de animación para propagar la cultura latinoamericana y con ello frenar la popularidad del Fascismo en la población de países sudamericanos como Brasil o Chile. Es entonces cuando Disney se convirtió en la superpotencia del espectáculo que ha llegado hasta nuestros días.

Vía:  Victor R. Villar (LBV) 
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