Dime cómo discutes y te diré cómo es tu relación


Si bien las discusiones son desgastantes, también sirven para conocer en realidad la tolerancia de la persona que se encuentra con nosotros, por lo que no son tan malas como parecen.

También podemos decir que son un gran ejercicio para saber las reacciones de ambos durante y al final de cada reproche. Así que prepárate para saber cuáles son y cómo hacer para que tengas más ventajas al utilizarlas.

Las discusiones de pareja se pueden dar desde qué canal de televisión mirar hasta por quién saca al perro a dar un paseo. Hay temas de pelea tontos y comunes, pero, ¿qué sucedería si durante esa discusión ambos se midieran la frecuencia cardíaca, el sudor y las posiciones del cuerpo? ¿Y si se grabaran? La discusión ya no sería una más, como la de todos los días, y los resultados definirían el tiempo que durará la relación.

Es por ello que John Gottman, científico y profesor emérito de la Universidad de Washington, creo un "laboratorio del amor". Después de estudiar a una pareja mientras grita y se enoja, predice con un 95% de acierto si los miembros seguirán juntos o se separarán en los próximos 15 años.

¿Cómo lo hizo? Lo consiguió después de analizar a más de tres mil parejas desde 1980. Tiene una fórmula casi infalible: investigar aquellas emociones que no son "tan evidentes" y sólo se vislumbran al discutir.

El poder del desprecio

El inventor del "laboratorio del amor" estudió y profundizó las reacciones de cada individuo y clasificó aquellas que son decisivas en provocar las rupturas entre las parejas. Las dividió en 4 tipos: la defensiva, la crítica, la obstruccionista (quien trata de impedir o dificultar el desarrollo normal de un proceso) y la despectiva. Y es esta emoción, el desprecio, la responsable del mayor número de separaciones. Ser despectivo no es solo criticar, es mucho más.

Es responder desde un lugar de superioridad, lo que hace disminuir al otro como persona hasta hacerlo sentir excluido.

Incluso, afecta a nuestro sistema inmunológico y nos hace más propensos a enfermarnos, tener resfríos, o dolores en el cuerpo. El desprecio es una respuesta de "jerarquía" y no siempre es generada en forma agresiva.

Ante un problema y posterior discusión las mujeres tienden más a reaccionar con la crítica y los hombres al obstruccionismo. Pero en lo que se refiere al desprecio, parece que no hay diferencia de géneros.

Discute con honestidad

Si queremos que nuestra pareja perdure en el tiempo hay que ser honestos con lo que sentimos y hacemos.

Después de una discusión, Gottman recomienda conversar con la pareja no tanto del problema, sino de las emociones que había detrás de ésta. Lo que hicimos sentir al otro con lo que dijimos, y lo que el otro nos hizo sentir a nosotros.

Es importante evitar el desprecio. Luego de la conversación es interesante identificar si en algún momento la otra persona utilizó palabras despectivas e hirientes, o si lo hicimos nosotros.

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Aún en los enfrentamientos, debemos saber expresar reconocimiento sincero a la otra persona. En la pelea tiene que haber reproches y pedidos de justificaciones, pero además debe haber halagos hacia la pareja.


Vía: EL Informador.mx
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