Así es el Museo del Fracaso en Suecia

El Museo del Fracaso recoge una gran cantidad de productos que no lograron tener éxito. Entre ellos se encuentran el lapicero para mujeres (Bic for her), el asistente personal ‘Apple Newton’, las fallidas Google Glass, el perfume de Harley Davidson, la Cámara digital de Kodak y el famoso Betamax, reproductor de video que ilustró a Colombia en la década de los años 80, pero que luego tuvo un descenso estrepitoso y terminó en el olvido.

El curador del museo Samuel West con el Nokia N-gage.

La muestra tiene más de 60 productos y servicios fallidos de todo el mundo. Cada artículo está pensado para ofrecer una visión única sobre la innovación y los negocios de riesgo. La idea es mostrarle al público que no se debe hacer si se quiere llegar al éxito.

El museo abrirá sus puertas el 7 de junio y tendrá un lanzamiento que incluye un un menú de degustación gourmet con platos que fracasaron, cervezas que nunca vieron la luz y un recorrido nocturno relacionado con ‘el fracaso en la noche’. El recorrido dura dos horas, está disponible en sueco e inglés y tiene cupo máximo para 15 personas.

Pero una de las más extrañas exposiciones en el museo es una mascarilla que electrocutes que para evitar que te arrugas.

En 1985, Coca-Cola intentó reinventar su icónica bebida con New Coke.

Colgate lanzó una gama de alimentos congelados para animar a la gente a cepillarse los dientes.

Twitter lanzó el Twitterpeek en 2009, que sólo envió correos electrónicos.

La marca de motocicletas de culto estadounidense, Harley Davidson, lanzó sus perfumes y colonias "Hot Road" en 1996. Contenían notas leñosas con toques de tabaco.

La Coca-Cola BlaK con sabor a café fue lanzada en 2006 y se descontinuó inmediatamente en 2008 después de quejas sobre la cafeína excesiva y la combinación pobre del gusto.

Las plumas "para ella" de Bic causaron indignación en línea entre las feministas.

Lanzado en 2013, Google Glass, una computadora portátil llevada a la cabeza, fue apodado como "el futuro". Se interrumpió después de las preocupaciones por la salud y la seguridad se plantearon, y la etiqueta de precio robusto que iba con él.

El Newton de Apple, que funcionó entre 1993 y 1998, fue diseñado para el desorganizado. Sin embargo, el pobre software de escritura y el alto costo contribuyeron a su desaparición.