Una extraña señal de radio proveniente de nuestra propia galaxia fue detectada por astrónomos


Una más para la lista. Astrónomos del Instituto de Tecnología de California han detectado una nueva ráfaga rápida de radio (FRB) en el universo, pero que, por primera vez, proviene desde dentro de la misma Vía Láctea.

El descubrimiento fue anunciado en The Astronomer’s Telegram y en Science Alert, causando gran asombro entre científicos. Las FRB son señales de radio que se emiten a millones de años luz de distancia, con energías que superan a los millones de soles. Sin embargo, duran tan solo milisegundos, por lo que son muy difíciles de rastrear y comprender.

Las teorías sobre el origen de ellas son amplias y van desde las explosiones de supernovas o hasta extraterrestres. Pese a ello, esta en particular, ha sido identificada gracias a un magnetar de la Vía Láctea llamado SGR 1935 + 2154.

El 27 de abril, SGR 1935 + 2154 fue detectado y observado por múltiples instrumentos que experimentaron un brote de actividad, incluido el telescopio Swift Burst Alert, el satélite AGILE y la carga útil de NICER ISS. Inicialmente parecía relativamente normal, consistente con el comportamiento observado en otros magnetares. Pero, un día después, este 28, el telescopio Experimento de Mapeo de Intensidad de Hidrógeno Canadiense (CHIME), detectó una señal tan poderosa que el sistema no pudo cuantificarlo: una señal FRB.

El proyecto del Instituto de Tecnología de California, el Stare2, también detectó esta ráfaga, pero evidenció que no era una señal típica como el resto de FRB conocidos hasta el momento. Con esta particularidad y la contraparte de rayos X (muy comunes en magnatares), concluyeron que la frecuencia habría nacido de un extremo del SGR 1935 + 2154.

El comportamiento de las FRB es muy distinto entre cada una de ellas, por lo que, si se confirma que esta señal sí provino del magnetar, no quiere decir que todas tengan un mismo origen. Aunque ka probabilidad de que se traten de extraterrestres o alienígenas es extremadamente baja, esta teoría no ha sido descartada por los investigadores.
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