Demencia: la epidemia que viene.
Por sus condiciones sociales y de salud, los mexicanos son propensos naturales a desarrollar demencia, un padecimiento que deteriora aspectos como memoria, intelecto, comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria de quien la padece.
Esto lo afirmó, en entrevista Mariana Longoria Ibarrola, psiquiatra del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), quien abundó que, a pesar de que es un padecimiento que va en aumento en la población mundial y que en México llegará a ser un problema de salud pública en los próximos años, existen carencias sobre el reconocimiento de los síntomas, información, infraestructura y diagnóstico oportuno.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Por qué se dice que la demencia será un problema de salud pública en México?
Mariana Longoria Ibarrola (MLI): Existen estudios epidemiológicos donde se hacen comparativos entre países en desarrollo y subdesarrollados. Una de las características de la demencia es que se presenta con más frecuencia en países con baja escolaridad o con tendencia a desarrollar padecimientos como diabetes, hipertensión u otras enfermedades crónico degenerativas. México es uno de esos países, por lo que tenemos factores de riesgo más importantes con respecto a otros.
Otro aspecto importante es que la demencia se presenta en la mayoría de los casos en adultos mayores, aunque no exclusivamente, también en adultos jóvenes; sin embargo, la tendencia en México indica que en un futuro habrá un aumento en la población de adultos mayores y, por lo tanto, habrá también un aumento de pacientes con demencia. En todo el mundo esta enfermedad se duplica cada cinco años, entonces, si a los 65 años había un riesgo de ocho por ciento de tenerla, a los 70 es de 16 por ciento, se va duplicando el riesgo cada cinco años, de tal manera que quien viva 90 años es muy probable que desarrolle esta enfermedad.
En México hay aproximadamente 900 mil personas correctamente diagnosticadas con demencia; a nivel mundial se detecta un caso nuevo cada cuatro segundos. El problema es que los casos de demencia se suelen reducir a Alzheimer cuando existe una gran gama de enfermedades que pueden pasar desapercibidas o que ni siquiera en el mundo se asocian con las demencias.
AIC: ¿Cuáles indicadores permiten a las personas identificar un posible problema de demencia?
MLI: Existen demencias neurodegenerativas que se van desarrollando dentro del cerebro por diversos factores, y las secundarias, que parten de alguna lesión en el paciente. Algunos aspectos que pudiéramos considerar como focos rojos son: que la persona no puede recordar cosas o que olvida sucesos que acaban de pasar, olvida dónde dejó las cosas, tiene problemas para orientarse, dificultad para distinguir las distancias, le cuesta trabajo sostener una conversación porque se le olvida de qué estaba hablando, existe dificultad para resolver tareas sencillas, comienzan a fallar en tareas que solían dominar, demuestran comportamientos pasivos inusuales —apatía— y deja de hacer cosas que antes le llamaban la atención.
Las demencias tienen un problema cognitivo, síntomas neuropsiquiátricos y también síntomas funcionales. Están divididas en tres etapas: la inicial, donde los síntomas son casi imperceptibles —problemas del lenguaje o memoria— y donde los pacientes no son dependientes, pero requieren supervisión; una etapa intermedia, donde la persona requiere supervisión y ayuda para hacer las cosas porque ha perdido su capacidad para manejarse sola; y, finalmente, una etapa avanzada grave o tardía, donde los pacientes tienen tanto deterioro que dependen por completo de una persona para poder sobrevivir. Fallecen por infecciones, deshidratación, problemas nutricionales, caídas, por alguna complicación.
En México existe un problema de falta de diagnóstico de la demencia porque la gente no se quiere meter con las enfermedades mentales; otro problema es que sobre este padecimiento se generan infradiagnósticos, se asume que por la edad es normal que el adulto mayor tenga problemas, por ejemplo de memoria, eso provoca que la gente no se diagnostique a tiempo, además de que mucha gente no se percata de que está manifestando cambios, lo que retrasa un diagnóstico oportuno.
AIC: En ese sentido, ¿en qué estado se encuentra el estudio de la demencia en nuestro país?
MLI: Hay muchos grupos que están haciendo investigación, pero el punto es cómo hacer investigación en conjunto que es una tendencia en la actualidad. En varios estados de la república hay grupos que están estudiando la demencia, la idea es unificar los esfuerzos, porque puede ser que dos o tres personas estén haciendo lo mismo de manera separada y con eso no se avance tanto.
Nosotros trabajamos en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, lo que tenemos son grupos de trabajo donde investigamos la enfermedad desde el punto de vista epidemiológico; también tenemos investigación clínica, directamente con pacientes, y algunas personas que hacen investigación básica, entonces la idea es trabajar en laboratorio, con pacientes y la sociedad.
También se encuentran los investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) con su iniciativa del Banco de Cerebros. Hay un grupo de investigadores que se dedica exclusivamente a las demencias, entonces sí hay grupos que se dedican a esto, pero creo que todavía no lo suficiente.
AIC: Respecto a la especialización profesional, ¿cómo se encuentra México hablando particularmente del estudio de las demencias?
MLI: En nuestro país tenemos internistas, geriatras, psiquiatras y neurólogos, pero gente que se dedique exclusivamente al estudio de las demencias es muy poca. En México, la subespecialidad o el curso de alta especialidad en demencias solamente lleva cuatro años, de la cual han egresado solo tres personas.
Y es que también existe la problemática de que la mayoría de los programas sociales y de salud están enfocados en otras cosas, como las infecciones, enfermedades crónico degenerativas o la población infantil, y aunque existen iniciativas para los adultos mayores, todavía tenemos faltantes en la infraestructura que se necesita para tratar una enfermedad como la demencia, que está creciendo tan rápido.
AIC: Al respecto, ¿qué se está haciendo para involucrar a la sociedad?
MLI: Aquí lo importante es concienciar a la gente, no solo en la detección oportuna de este padecimiento sino también en la educación a los familiares quienes ya la padecen. La demencia conlleva muchos gastos entre los medicamentos, la movilización de los pacientes, pañales, camas especiales y hasta la alimentación.
En muchas ocasiones un paciente con demencia determina la calidad de vida de toda una familia e incluso de la comunidad, porque en ocasiones llegan a salirse de sus casas y se pierden, generan pleitos con sus vecinos o tienen dificultades en el trabajo. Por eso es tan importante la concienciación sobre esta problemática en todos los niveles.
Vía: Israel Pérez
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