En México siempre hemos celebrado Navidad
De las culturas que celebraban el solsticio de invierno,
cuando ocurre la noche más larga del año y el día más corto, proviene la
Navidad, que los cristianos comenzaron a celebrar como el nacimiento de Jesús,
hasta el siglo III de nuestra era.
En ello coinciden las investigadoras María Angélica Galicia,
del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, y Yolótl González,
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes explican los
antecedentes de la celebración más importante, junto a la Pascua, de los
católicos en el mundo.
Durante el solsticio de invierno, las culturas de América
como de Europa, con una profunda tradición agrícola, coinciden en la
celebración del renacimiento de Sol, pues temían que ya no regresara luego de
esa larga noche.
El solsticio, a su vez, coincide también con la fecha que
los romanos atribuían al nacimiento de su dios Mitra, que representaba al Sol,
y en la época en que los judíos esperaban al Mesías. De la conjunción de estos
dos factores se atribuye que la Navidad, se celebre en la medianoche del 24 de
diciembre.
De allí tomaron los cristianos la fecha de celebración del
nacimiento de Jesús, pues nadie sabe con certeza cuándo ocurrió, explica la
doctora Yolótl González, del INAH.
"En la Biblia no se dice casi nada al respecto del
nacimiento, y de la fecha tampoco hace referencia. Más bien surgió en otros
textos posteriores, en uno o dos escritos apostólicos que hacen una pequeña
mención", explica.
En Mesoamérica ocurre lo mismo. La fecha de celebración de
la Navidad que trajeron los españoles coincide con el solsticio de invierno,
dentro del ciclo agrícola que regía entre los pueblos mesoamericanos.
Al tratarse de sociedades agrícolas en ambos lados del
Atlántico, tanto en el caso de España como de Mesoamérica, de alguna manera sus
ciclos, son muy similares, dice. "Ocurre esta concordancia de fechas para
la siembra, la cosecha, de los equinoccios y los solsticios, que a su vez son
escenarios para venerar a dioses antiguos, que posteriormente se convirtieron
en santos".
La Navidad, dice, entra dentro del ciclo agrícola con el
solsticio y el desgrane de maíz en México, por ejemplo -para guardar las
semillas que se sembrarán en los meses de abril y mayo-, y que coinciden con el
nacimiento del niño Dios.
Esta base agrícola de los pueblos mesoamericanos, explica la
investigadora de la UNAM, permitirá que posteriormente, con la llegada de los
españoles, se fusionen celebraciones de la religión católica con las creencias
indígenas.
La Navidad, como otras celebraciones cristianas, se asienta
sobre los ciclos de la cultura indígena, sin trastocarlos mucho, afirma
Galicia. "Tanto Semana Santa como la Navidad son las dos fiestas que traen
los españoles y que coinciden con los tiempos festivos de dioses
mesoamericanos".
Desde su origen, afirma, son celebraciones que tienen como
trasfondo los rituales agrícolas, que van más allá de la Iglesia y han
sobrevivido aun a pesar de la homogeneización cultural.
"Aquí, por más que nos quieran imponer a Santa Clos,
los Reyes Magos siguen siendo más importantes", dice.
El carácter familiar de la Navidad, explica Yolótl González,
del INAH, se remonta a la Edad Media. "Desde entonces, la familia se reúne
para cenar o comer, porque en muchos países anglosajones la celebración ocurre
el día 25, mientras que México celebramos el 24, cuando todavía no ha nacido
Jesús. De allí la tradición de la Cena de Gallo, porque Jesús nace de noche y
se vuelve día".
Galicia advierte que celebraciones como la Navidad
difícilmente se perderán, aunque seguramente sufrirán transformaciones en el
futuro. "La gente siempre va a buscar modos de convivir, porque
necesitamos de estas fiestas que nos dan identidad, unidad y convivencia".
Vía: EST
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