Con "Venom" llega el turno de los supervillanos
Después de una breve incursión en el último episodio de la trilogía ‘Spiderman’ de Tobey Maguire, allá por el 2007, Vemon regresa a la pantalla grande, pero ahora como protagonista de una historia que narra su origen.
Con ‘Venom’, Sony vuelve a desmarcarse de Marvel, con la idea de iniciar su propia franquicia de superhéroes -o tal vez supervillanos- que transcurre paralela pero independiente al universo cinematográfico Marvel.
La misión ha recaído en manos de Ruben Fleischer, un director que debuta en el cine de superhéroes y que se puso al frente de un proyecto que, en principio, estaba pensado como un filme oscuro, con posibilidades de acercarse más al terror y sin limitarse a una censura para público adulto. Pero en el camino, el filme cambia de rumbo y recae en los convencionalismos del género de superhéroes, donde el suspenso se entremezcla con el humor y la acción, para estrenarse como una cinta para el fandom juvenil, apta para mayores de 12 años.
Tom Hardy es el actor que adopta el papel de Eddie Brock, un periodista que no se intimida ante el poder, principio que lo lleva a enfrentarse con el científico Carlton Drake (Riz Ahmed), quien no duda en usar su poderío y dinero para arruinar la carrera Brock y su relación con su novia Anne (Michelle Williams), cuando se entromete en un secreto experimento. Pero el obstinado Brock penetra en los laboratorios de Drake y termina convirtiéndose en huésped de un ente alienígena, que le confiere superpoderes y con el que tendrá que librar una batalla interna a fin de alcanzar un equilibrio entre el bien y el mal.
Lo de ser un villano de cómic no es nuevo para Hardy, pero su representación de la dualidad Brock/Venom está lejos de la vehemente interpretación tras la máscara de Bane, en ‘Dark Knight Rises’. El humor que surge de la interacción entre Brock y el simbionte Venom es lo mejor que Hardy puede dejar frente a la cámara. El temple con el que Ahmed asume su personaje lo convierte en un villano a la altura del antihéroe protagonista.
Dejando pasar los absurdos momentos que restan credibilidad, el filme no pierde del todo su capacidad de entretenimiento a partir de persecuciones a alta velocidad, furiosos combates entre villanos y un despliegue de efectos visuales con los que aquellas entidades alienígenas adquieren una cualidad atemorizante.
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